sábado, septiembre 23, 2006

De amicitia

"Un amigo es como otro igual". Del amigo se espera lo mejor. De él se supone, como virtud indispensable, la fidelidad. Amistad es una palabra muy bonita, que deberíamos tener presente en nuestros labios y en nuestra vida como un motor de todo nuestro obrar.
Como un regalo han sido, para mi, mis amistades. Es un ejercicio intenso, y maravilloso, el pensar, con el curso de los años, lo que ha supuesto cada persona y, en concreto, cada amistad, en la propia vida. Pienso en aquel compañero, que me enseñó a apreciar lo bueno del deporte, de la lucha, de la pasión por las cosas. Recuerdo a aquel profesor-amigo, que confió en mi, e hizo que aprendiera el valor del estudio, de ser afanoso (studium). Pienso, cómo no, en las amistades de la adolescencia, que, quizás como a todos, me enseñaron a soñar. Y hoy, desde una perspectiva diversa, pienso en mis amistades sacerdotales, que me han enseñado la entrega. Y en las amistades entabladas con mis fieles, que me enseñan la ternura, la fidelidad, la fecundidad, la dedicación, la laboriosidad...
A todos les debo mucho, aunque a uno le debo todo. Que cada día sea distinto se lo debo a aquel a quien me gustaría parecerme como a otro igual. Muchos piensan que la religión no sirve. Y es verdad: no sirve. No es un martillo hidráulico ni una agenda eletrónica. El marco de la religión es el campo de juego de la amistad: el disfrute. Es un disfrute que, además, transforma, crece, expande, explosiona.
Hay lectores del blog de todo tipo. ¡Ojalá estuviera plagado de no creyentes! porque, en tal caso, podría comunicar la alegría de una amistad cuya sóla mención genera envidia. Amigo de Dios, amigo de Jesucristo. Es una experiencia distinta, única. Cada mañana, ante la perspectiva de un día exactamente igual que el anterior, es necesario recordar que hay un porqué, un motivo, por el cual luchar, por el cual darlo todo. Al ponernos en pie cada mañana, pensar: "ahí estará mi Amigo esperándome". Y de él aprenderé alguna cosa, muchas cosas, todas las cosas. Nunca podré prescindir del día que comienza, Señor, porque nunca quiero haber prescindido de tu amistad.
Ánimo. No hay día igual, para el que vive de una amistad que siempre permanece.
"El amigo que permanece constante" podríamos matizar "será como otro igual".

1 comentario:

David dijo...

"Amigos que no prestan y cuchillos que no cortan, aunque se pierdan no importan".

Muchos de los lectores mas jóvenes no se dan cuenta todavía de la importancia de fomentar amistades sólidas y duraderas. Mi receta para ser feliz es sencilla:

-Seriedad y compromiso en un vida profesional, ya sea estudiando o trabajando.
-Querer y ser querido en la vida personal.
-Tener un puñado de buenos amigos y cuidarlos mucho.
-Tener Fe. Esto que dicho así suena sencillo, no lo es tanto. Yo personalmente tengo la surte de no dudar y eso, a largo plazo, me va a ayudar seguro.