miércoles, noviembre 28, 2007

El frontón del Apostol

Si mal no recuerdo, la asamblea nacional de la revolución francesa (1789) se reunía en un frontón y allí tuvieron lugar algunos discursos programáticos y fundamentales para la comprensión de nuestro tiempo y nuestra historia. Mounier, Mirabeau y otros disertaban sobre el futuro del hombre y de las gentes, sobre la libertad y el trabajo, sobre la sociedad y la individualidad...
No es de extrañar. Los frontones son sitios ideales para reunirse. Especialmente si uno quiere hacer deporte, pero también para charlar, comentar, departir. Son lugares recogidos, resguardados y, a la vez, amplios, por si el aforo fuera excesivo.
Desde hace 5 años vengo jugando al frontón todos los martes. Y llevamos un mes en crisis. No hay gente. Hacíamos deporte pero, lo más importante: era el frontón de las ideas. No importa la victoria o la derrota en la cancha: importa fundamentalmente la cerveza posterior al partido y el comentario sobre todo y nada a la vez. Eso ayuda a ser hombre. Eso construye a un sacerdote pues todos los que frecuentamos ese frontón somos sacerdotes, como liberales eran los que iban al frontón de la revolución francesa.
Ayer tuvimos que refugiarnos en un estupendo tenis al ser solo dos. Y de nuevo conversaciones enjundiosas. Hablaba con otro sacerdote de un parecer que viene siendo una constante en mi cabeza: la necesidad de que los chicos (los jóvenes) entiendan que muchas veces hay que jorobarse, apretar dientes y seguir pa'lante. Que la vocación, sea la que sea, no tiene porqué gustarnos siempre y totalmente. Que gran parte de la vida transcurre contracorriente, aunque, eso si, con una convicción profunda de paz y de amor insustituible.
Lo digo por que más de uno pensará que nos encantaba la idea de ser sacerdote, por ejemplo. Pues si, o no. Depende. A mi, al comienzo, desde luego nada. Pero hay cosas que hay que hacerlas. Y punto. Y luego es maravilloso. ¡Demonios!, que no se puede funcionar por gustirrinín.
El frontón del Apostol. Conversaciones de frontón. Una nueva revolución.

3 comentarios:

Ángel Alonso dijo...

¿Comentarios sobre la encuesta cerrada???

Fulgencio Espa dijo...

Pues parece que a gran parte de la gente le parece oportuno el conocer lo que gana un sacerdote, aunque das Gretchen diga lo contrario...

Anónimo dijo...

Don Ful,se nos ha quedado muy quieto en el frontón del Apostol y no sé si se debe a algo muscular o a falta de tiempo.Su amigo Don Juán Luis anda metido en un tema terrible...mente actual que España se situa siempre,de un tiempo a esta parte a la cabeza de los ascos,que por algo somos progresistas.Abranos un poco su corazón a los no jóvenes y cuente algo de sus charlas de frontón
y de que cuestiones inquietan a los curas que todavia pueden jugar al tenis.Con el debido respeto se despide Janusa