miércoles, noviembre 21, 2007

¡No!, ¡a él no!

Ruben. Un compañero. Un año menor que yo de ordenación y un par de años más joven. Su destino fue y sigue siendo Vallecas.
Me cuentan que estaba celebrando Misa la semana pasada con sus cinco viejitas un día de diario. En esto entran tres o cuatro tipos, uno de ellos portando una pistola. Apuntando al celebrante, le pide a la asamblea que le dé todo lo que tengan. En media Misa. Una parte litúrgica hasta hoy no contemplada: el atraco.
Entonces, una señora, ancianísima, se interpone entre la pistola y el sacerdote al tiempo que exclaman: ¡No! ¡Al sacerdote no!.
Como la madre de los Macabeos. ¡Qué valor!. Increíble...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que estupendo lo que le ocurrió a Ruben.No lo del atraco,claro que menudo susto sino el valor de la ancianita que defendia a SU sacedote.Don Ful ¿como podriamos dar publicidad a este hecho? Alonso Sandoica podria llevarlo a tv popular,por ejemplo.Solo vemos porquerias ¿POR QUE NO ESTO QUE ES TAN BONITO? Por otra parte ensancha el alma ver que los no jóvenes valemos todavia porque a veces pienso que si no vas a Sindey estás listo.Bueno esto es broma,lo que pasa es que yo tengo mjedo de ser un trasto inutil aunque desgraciadamente en mi parroquia y en la misa a la que suelo ir a diario,soy una criaturita.Cualquier dia,atraco y además hay preciosidades.Mas de una vez lo he pensado y desconfio totalmente de mi valor.Janusa