viernes, marzo 16, 2007

Índice de sensibilidad de los consumidores

Hoy se publica en EEUU el índice de sensibilidad de los consumidores. Por lo visto, es un indicador muy útil para la bolsa, de modo que influye de un modo no pequeño en la cotización a la alza (o a la baja) de los diversos valores.
Desconozco los criterios que regulan la elaboración de tal índice. Lo que si llevo tiempo pensando es cómo se podría hacer para conseguir un ‘índice de sensibilidad de los consumidores parroquiales’. Dicho de otro modo: ¿cuáles son los criterios para una atención adecuada de las personas y, en concreto, de los jóvenes?... Os dejo con el Papa, que da unas ideas buenísimas. ¡No te lo pierdas…! (Mañana segunda parte):


Sabemos que la juventud debe ser realmente una prioridad en nuestro trabajo pastoral, porque vive en un mundo alejado de Dios. Y en nuestro contexto cultural es muy difícil tener el encuentro con Cristo, vivir la vida cristiana, la vida de fe. Los jóvenes necesitan mucho acompañamiento para poder encontrar realmente este camino. Aunque por desgracia vivo bastante lejos de ellos y, por tanto, no puedo dar indicaciones muy concretas, diría que el primer elemento me parece precisamente y sobre todo el acompañamiento. Deben experimentar que se puede vivir la fe en este tiempo, que no se trata de una cosa del pasado, sino que es posible vivir hoy como cristianos y encontrar así realmente el bien.
Recuerdo un elemento autobiográfico en los escritos de san Cipriano: He vivido en este mundo nuestro -dice- totalmente alejado de Dios, porque las divinidades estaban muertas y Dios no era visible. Y viendo a los cristianos, he pensado: es una vida imposible, ¡esto no se puede realizar en nuestro mundo! Pero después, encontrando a algunos de ellos, estando en su compañía, dejándome guiar en el catecumenado, en este camino de conversión hacia Dios, poco a poco he comprendido: ¡es posible! Y ahora soy feliz por haber encontrado la vida. He comprendido que aquella otra no era vida, y en verdad -confiesa- sabía ya antes que aquella no era la verdadera vida.
Me parece muy importante que los jóvenes encuentren a personas -bien de su edad, bien más maduras- en las que puedan descubrir que la vida cristiana hoy es posible y también razonable y realizable. Sobre estos dos últimos elementos creo que existen dudas: sobre la factibilidad, porque los demás caminos están muy lejos del estilo de vida cristiano, y sobre la racionalidad, porque a primera vista parece que la ciencia nos dice cosas totalmente diversas y, por tanto, no es posible comenzar un recorrido razonable hacia la fe, de modo que se muestre que es una cosa en sintonía con nuestro tiempo y con la razón.
El primer punto es, pues, la experiencia, que abre luego la puerta también al conocimiento. En este sentido, el "catecumenado" vivido de modo nuevo, es decir, como camino común de vida, como experiencia común del hecho de que es posible vivir así, es de gran importancia. Sólo si hay una cierta experiencia, se puede también comprender. Recuerdo un consejo que Pascal daba a un amigo no creyente. Le decía: prueba a hacer las cosas que hace un creyente y, después, con esta experiencia, verás que todo es lógico y verdadero... (continuará)

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