¿Estamos locos?

Atención a la siguiente noticia:

Un empleado de limpieza de una galería de arte de Londres arrojó a la basura parte de una instalación del artista británico Damien Hirst, al no percatarse de que se trataba de una obra de arte.
Cuando llegó a trabajar el miércoles por la mañana, Emmanuel Asare se encontró en la galería Eyestorm una pila de botellas de cerveza, tazas de café y ceniceros repletos, al lado de una escalera y un caballete.
Resultaba "obvio" que habían celebrado una fiesta en el local la noche anterior, o algo por el estilo, por la cual acometió concienzudamente con la limpieza.
Aliviada, una portavoz de la galería indicó que, como contaban con fotos de la instalación, pudieron volverla a poner en su lugar.
Añadió que el error del encargado de la limpieza podía tener un resultado positivo, al fomentar "un debate sobre lo que es y lo que no es arte, algo que siempre es saludable".
La instalación está a la venta y se espera que, como muchas obras de Hirst, su precio final sobrepase los US$150.000.

Verdaderamente, si buscaba debatir sobre lo que es arte o no me parece que lo va a conseguir. ¿Arte contemporáneo?. En fin, honradamente (y es sólo mi opinión) me parece que ESE arte no es más que la expresión de la cultura del pensamiento débil. Cuando los valores están tan en crisis, la belleza deja de ser el objeto del arte, que es sustituido por otros paradigmas; también el de la cutrez.

Conste que mi intención en este artículo no es tanto la crítica del arte actual, sino de una cultura de presupuestos tan mínimos que es capaz de considerar arte a lo que veis a continuación e incluso es capaz de pagar por ello 150000 dólares.