lunes, agosto 14, 2006

12 horas

Aun faltaba el último 'lucimiento' del Señor en nuestro viaje. Cuando escribía en anterior artículo pensaba que ya habíamos acabado... pero no fue así. Ayer, domingo, salimos un poco justos para el aeropuerto, sobre todo porque somos 42 y eso lleva su tiempo. Media hora antes de la salida del vuelo todavía estabamos en los mostradores, cargando maletas. Lo peor fue que decidieron, por pura arbitrariedad, que María Vila y Peris, que se encontraba faltal (había vomitado dos veces, porque bebimos agua del grifo, y por lo visto no se debe hacer), se quedaran en tierra. Tenían billete pero no sitio. Vaya papelón. Miguel y Jesús, de nuevo inmensos, resolvieron el asunto no sin dificultades. De hecho, echaron media hora para que pudieramos entrar todos, e incluso retrasamos el vuelo 5 minutos. ¡Bien hecho!. Estaban muy bordes, pero nosotros somos tenaces. Entre tanto, yo le pedía al Jefe que no nos dejara en la estacada este último momento, con lo bien que había ido todo. Y así fue. También él se portó.
En el aeropuerto volvimos a montar un ambientazo fenomenal, aunque algunos, agotados, se echaron a dormir en posición 'Prat de Barcelona'. El resto cantaban, jugaban a las cartas... y yo estuve 2 horitas y pico charlando con gente que quería rematar el viaje y concretar cosas. Una maravilla. El aeropuerto de Zurich es multiusos, también espirituales. Comprobé 'in situ' lo que un muchacho/a me había dicho antes en el avión: "fíjate lo bien que ha salido todo que nadie tiene ganas de volver. Todo el mundo alargaría la convivencia una semana más". Es verdad. No hemos podido estar mejor.
El vuelo a Madrid fue estupendo y aquí el clima es muy animante. Pronto os contaré un montón de anécdotas y os enseñaré fotos, para que las veaís. Si pudieramos comunicar una quinta parte de lo que hemos vivido ya sería suficiente...
Personalmente, después de 12 horas durmiendo (de 20 a 8), miro atrás y reconozco que me entusiasmo bastante. ¡Qué verano!. El camino de Santiago una gozada, Valencia un milagro, el campamento un lujo, la convivencia de Plan lo más divertido del mundo, y esto un éxito. ¿Qué más se puede pedir?. Ah, si, una cosa. Vacaciones. En concreto, pasado mañana. Aunque me imagino que desean más mis vacaciones mis padres que yo mismo, que hace 2 meses que no les veo... (Esta foto es la primera que nos hicimos de grupo, en Varsovia, al día siguiente de llegar. Ya entonces, veánse las caras, había un ambiente más que bueno...).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bienvenidos a casa, felicidades por una misión bien cumplida.

Esa tenacidad demostrada en el aeropuerto, demuestra ese nuevo espiritu Capello?

Ahora a disfrutar ese merecido descanso con la family, elos tambien quieren estar contigo.