martes, julio 29, 2008

Con razón...

Ayer, en la razón, publicaban una carta al director de uno de los nuestros: Fran Santamaría. Allá va:
El sol ya se había puesto en la bahía de Sidney, inundada por una marea de cientos de miles de jóvenes y entusiastas peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud. Sin embargo, se podía ver entre toda la multitud una gran cola que no paraba de crecer. Era la cola para entrar en una se las salas de la Opera de Sidney ¿Quién actuaba? ¿Para qué esperaban tantos jóvenes? No se trataba de ningún grupo de música, ni tampoco del Papa. La cola era para hablar con Dios: en esa sala estaba expuesto el Santísimo. Los teloneros tampoco podrían ser mejores: las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta. Estoy seguro de que nunca la Opera ha tenido mejor música que esa : la voz de Dios. Y allí estuvimos miles de jóvenes de todo el Mundo para escucharla. Ahora sólo tenemos que contarlo ¡Gracias Australia! ¡Nos vemos en Madrid!.
En estos días he recibido algunos mails, llamadas y otros mensajes de padres agradeciendo el viaje a Sydney. Y ya veis: estos chicos escriben cartas como esta.
No es falsa humildad: el que tiene que estar agradecido soy yo, somos nosotros (la parroquia en general, los curas en particular). Después de todo, viendo los curas que había por allí (tan majos ellos), a los vuestros les ha tocado aguantar a uno que tiene bastante mala leche... sobre todo cuando se enfada.
Padres: bombardead los medios con vuestra impresiones.
Y los que habéis participado, no dejéis de escribir.
Podéis enviar vuestras cartas a 120 medios aquí: http://www.hazteoir.org/node/7434.
¡Ánimo!.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Menuda inspiración la del sin-maleta!!

Anónimo dijo...

Despues de la borrachera sana de juventud de Sidney viene la resaca. Esta es la única resaca que no conlleva dolor de cabeza pero obliga a trasmitirla. El esquema de enviar cartas a 120 medios funciona. Hay que aprovechar el tirón hasta dentro de 3 años. Y justo acabando ese tirón .... de nuevo borrachera , pero esta vez jugamos en casa.