lunes, octubre 22, 2007

Memoria histérica

Hay pocas cosas en las que la influencia de la fe se hace más patente que en el tema de la MEMORIA.
La memoria atravesada por la fe se llama esperanza. Así, cientos de mártires serán elevados a los altares porque supieron perdonar, porque no murieron odiando, porque no renegaron de su fe ni del amor a los enemigos. Perdonaron y amaron hasta el final. Y en un acto público, la Iglesia reconoce el heroísmo de esas personas y las pone por ejemplo a todo el orbe. Memoria histórica para un futuro mejor, lleno de esperanza, amor, valor y paz.

La memoria atravesada por el pecado se llama odio, o memoria histérica. No ocurre sólo hoy: ha ocurrido siempre. Desde los romanos, los griegos o los fenicios. El recuerdo para el odio. La memoria para matar. El pasado para el lamento y la revancha.

Es bueno tener criterio. Y aunque se amotinen las gentes clamando contra Dios y su perdón, NADA tiene que ver una mirada al pasado que proyecta al futuro como perdón y reconciliación (los mártires) con el odio fatal de un proyecto intramundano absolutamente frustrado (memoria histórica).

Que no te la peguen...



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