¿Qué hará Fernando Alonso?

Fernando Alonso juguetea con la margarita, y dice estar agotado de que se especule con su futuro. Quiere un coche mejor, ser más competitivo, ganar... y al chico parece que le agobian y se agobia. Dice que tanta palabra significa presión, presión sobre él y presión sobre su futuro. Si pudiera, Fernandito gritaría 'dejadme vivir'.

Reconozco que a mi Alonso no me cae precisamente bien, sino todo lo contrario. Pero esta vez tiene razón, aunque con matices.

Hay un enemigo muy difícil de vencer, que agobia, extorsiona, presiona, especula y puede llegar a matar: somos nosotros mismos. La sociedad es tan sumamente exigente en determinadas cosas que nosotros mismos podemos llegar a ser unas personas que nos someternos a unas presiones tremendas. Y nos encontramos a nosotros mismos incapaces de encajar la derrota, de saber que fallamos, de entender que poner toda la carne en el asador y no triunfar es absolutamente normal. Que casi nunca pasa nada con casi todo.

Sonreír. De verdad. Aceptarnos como somos. Esto es una lección para Fernando Alonso y para todos. Intentar mejorar el coche, la conducción y todo lo que quieras, pero soportar con una sonrisa lo que digan de nosotros y, sobre todo, soportarnos a nosotros mismos de la manera más digna posible. Hay muy pocos que todo lo que tocan se convierte en oro. El resto hacemos lo que podemos. Y es, precisamente, queriendo a los demás, olvidándonos de nuestros rollos, como mejor estaremos... y sonriendo.

Hoy, en la parroquia, encontraréis este empeño. A ver si lo encuentran también tus compañeros de trabajo, las otras madres a la puerta del colegio, tus compañeros...

Crisis

Ayer fue un día lleno de sorpresas 'callejeras'. La primera fue que me encontré con un Audi precioso, atómico, super bonito, grandísimo, y, ojo al dato, la matrícula era: 1809 FVL. O sea, la fecha de mi nacimiento (18/09) y luego FVL, porque no hay ues, claro.

A lo mejor pensáis que soy un ególatra o algo parecido, pero aquello era una llamada: hay que ser como ese pedazo de Audi. Por menos prestaciones Dios no trabaja. Hay que responder. Y en seguida volví a la realidad de mi Ford Fiesta (exterior e interior), quejumbroso aun cuando eficiente. Eso es más real... Pero todo se andará: en ser un Audi y en tenerlo. Los tiempos cambian...

...Claro que en estos momentos de crisis tampoco se puede pensar mucho en cambios de coche. Y esta es la segunda cosa que me llamó la atención: el anuncio del Barclays. "Hay situaciones en las que uno desearía poder bajarse"; eso reza el título del anuncio. Se debe referir a la crisis, pero yo prefiero referirlo al pecado: es mejor alejarse. Bueno, alejarse del pecado y del pollo de la foto. Comprensible.

Saturación en el 112

Me sorprendió la noticia: el viernes o el sábado pasados hubo más de 1600 llamadas al 112 (servicio de emergencias). Me llamó tanto la atención porque me pareció una burrada. De hecho, se colapsó el sistema, y se hizo imposible la atención a todos los requerimientos. Borracheras, drogas, un accidente que bloqueó por entero la A-4... Lo responsables del servicio médico comentaban que aquello había sido 'un auténtico infierno'. Puedo imaginarlo.

Trabajar porque las diversiones de los chicos sean sanas, sean 'un auténtico cielo' no es tarea pequeña. La manzana del génesis -el pecado- siempre fue sabrosa, sobre todo si la has probado. Intentar que los jóvenes aprendan a prescindir de lo que daña al cuerpo y al alma y sepan divertirse es conseguir que la sociedad 'no colapse'. Porque una sociedad sin futuro, con un presente tan egoísta, sin hijos, sin perspectiva, sin esperanza... es una sociedad muerta. Y en la tarea de levantarles y levantar a la sociedad entera convergen todas las fuerzas: la familia, el colegio, la iglesia...

No conviene perder la esperanza. Son muchas las llamadas al 112, pero no son pocas las almas que tocan a las puertas de la Iglesia con un vitalidad nueva. 'A río revuelto ganancia de pescadores'.

Una noche de insomnio

Anteayer, que fue mi cumpleaños, no pude dormirme hasta tarde. Me da la impresión de que fue fruto de un día muy ajetreado: toda la tarde viendo gente, un funeral muy emotivo, el grupo de los jueves...

Cansado de intentar dormir -es típica cosa que quema bastante- eché de menos mi novela. Me la había dejado en la parroquia. Así que eché mano de un librito que días antes nos habían regalado en Vic (Cataluña), que versa sobre la vida de S. Antonio María Claret. Se trata de una autobiografía que se resume en dos palabras: impresionante.

Salió de Vic, donde trabajaba, para aprender mejor las artes del telar y el tejido. Hizo fama en Barcelona, y comenzó a hacer dinero. Pero cuatro acontecimientos motivaron que decidiera no seguir el camino de las alfombras y sí el de las almas. Particularmente dos me llamaron la atención:

Un día, en Barcelona, fue a ver a un amigo. Le recibió su esposa, que le invitó a pasar, habida cuenta de que el amigo de uno y esposo de la otra aún no había llegado. En el tiempo de espera, cuenta el santo, esta chica le hizo más que sugerencias que le obligaron a salir a escape de la casa. Ese día aprendió a salir pitando de las tentaciones, a ser prudente... y se dio cuenta de que, según Él, sólo el amor de Dios no defrauda jamás...

Otro día un amigo le pidió prestada una fuerte suma de dinero. Desapareció el amigo y el dinero, y Antonio María prometió amistad eterna a Jesucristo, confiado en que él no le fallaría...

Luego, el resto de su vida es apasionante... Acabó de capellán de Isabel II, que era, como mínimo, un poco fresca, y que hizo al pobre Antonio andar de la ceca a la meca todo el día...

Un tipazo. Muchas enseñanzas.

Con lupa

Quizás la foto de la foto hubiera sido aún algo mejor. Lo cierto es que iba por el Alcampo, haciendo la compra -hacía tres meses que no iba ni al Alcampo ni a la compra- cuando encontré la escena que veis a continuación. No pude por menos de hacerle una foto, con disimulo... y luego pensé qué emocionante sería si un tercero hubiera hecho otra foto al cura que hace una foto a la anciana... pero es que la, como mínimo, octogenaria mujer tiene razón: las cosas hay que mirarlas con lupa. Con lupa de la buena y lupa de la mala.

Cuando uno hace un contrato, uno tiene que ir con la lupa de las malas cosas, no sea que en la letra pequeña a uno le metan un gol por la escuadra.

Y cuando comienza el curso en la parroquia uno debe ir con la lupa buena, no sea que entre las muchas cosas estupendas alguna se nos pase. De momento, el Sábado después de Misa de 8 se anima a toda la gente joven a venir para enterarse de las cosas que vamos a hacer en este curso y ver las fotos de Sydney, para disfrutar y tener un poco de... envidia sana (espero).

Tierra santa. ¿Te apuntas?

Volver a empezar.

Más Misas, más confesiones, más comuniones, más gente. ¿Quién dijo crisis?. A lo mejor se refieren sólo a la economía. Aunque en eso sólo hay deceleración, según creo...

Y entre tanto, preparamos un viaje a Tierra Santa. Los franciscanos están entusiasmados, porque saben que la gente de la parroquia es muy maja, que es un viaje de matrimonios y gente joven, porque la marca STBC, con perdón por la inmodestia, comienza a ser conocida... y gusta.

Acabo de hablar con Teodoro. Hemos estado rehaciendo la ruta, para dedicar más tiempo a la playa (me encanta la playa) a orillas del mar de galilea y tener tiempo personal para pasear y revivir esa escena maravillosa del "Señor, tú lo sabes todo, tu sabes que te amo" con la que muchos aprendimos a confesarnos e incluso sellamos con ella nuestro compromiso con Dios el día de nuestra ordenación (fue la lectura del Evangelio de aquel 8 de Mayo de 2004).

Además, hemos apañado una vigilia nocturna en el huerto de los olivos. Estaría bueno, ¡a quién se le ocurre ir de día a semejante sitio, donde nuestro Señor sudó sangre AQUELLA NOCHE!.

Además, seguimos dándole vueltas a dedicar más tiempo en Belén... y un montón de cosas maravillosas.

¿Información?. En la parroquia. O en un comentario a este blog, señalándome tu mail. Está en pdf. O por señales de humo. O como sea, pero no te quedes con ganas...

Teodoro me ha puesto las pilas. Y no me extraña. ¡Qué cosa tan estupenda volver a veros y proyectos tan majos!...

La vuelta al cole

Se acerca la vuelta al cole. Y como mi estancia mallorquina se acerca a su fin, el diácono ha decidido calentar el último partido de tenis, diciendo que iba a caer el primer set de su parte. Llevamos tres días de pugna dialéctica, porque el intenso ritmo de 'estudio' no nos ha permitido batirnos...

Entre tanto, a uno ya le entra el nervio de volver y empezar otra vez el curso. Aquí el único eco que me ha llegado de la España que sufrimos es que se está planteando una nueva ley del aborto y alguna cosilla más.

Estas cosas siempre me hacen pensar lo mismo: los malos saben perfectamente lo que tienen que hacer. El problema es que los buenos no hagamos nuestra parte. El Jefe nos dio criterios claros: astutos como serpientes, sencillos como palomas. Y trabajadores a tope. Eso no sé si lo dijo el Señor, pero San Pablo si: el que no trabaje que no coma.

Quejarse es siempre un error. Trabajar: una pereza. Pero hay que ir a por ello. La Iglesia comenzó con un trabajo capilar; de base. Uno a uno.

Yo ya he empezado, haciendo crecer en humildad al diácono. 6-3, 6-2 es el resultado final de este último partido. Os dejo con unas imágenes de un dobles que jugamos hace unos días, para que veáis lo piadoso que es...

Murcianos

He aprovechado esta mañana libre para poder dedicar un rato al blog. Resulta que se han ido a ver la catedral; una visita de dos horas que yo he decidido obviar porque ya la hice el año pasado. En el último minuto han intentado converncerme diciendo que van a subir a las torres y caminar por los triforios... pero como dice el Ernesto, el otro de Bilbao, que ayer vino de ver un monasterio: "joe, que de piedras vimos. Menos mal que al final nos tomamos una buena cerveza". Por eso, prefiero piscina: plan tranquilo, revisar mail, vida pacífica.

Lo cierto es que se fueron a las 10. Ahora son las 10.45 y hace 15 minutos ha aparecido don Antón en posición de espera, diciendo que los de la catedral no aparecen. Cuando le hemos informado de que ya habían huído dirección Palma ha dicho un significativo: "no j....", y ha añadido "pues a la piscina corriendo" (póngase el acento adecuado) y lo cierto es que no ha parecido importarle mucho. Está aprendiendo alemán -a los 80 años. Así le dedicará un rato...

Pero los que son un equipo son los murcianos. Por las mañanas estamos viendo unos DVD's que nos hablan de la evolución, del homo erectus, habilis, sapiens y todo eso. A los murcianos yo les he llamado homines aquatici, o también, en singular, homo playero, porque vaya ritmo. Todas las tardes se cogen sus toallas y tienen un plan perfectamente trazado para visitar todas las costas, calitas y lugares apañaos que hay en la zona.

Lo cierto es que cuando empiezan a contar te quedas alucinado. Uno montó una parroquia estupenda, con un montón de actividades... y se tradujo en una movida en el pueblo impresionante, 12 para el seminario, un grupo de gente fantástica... Y así cada uno, si bien los hay de todas las edades...

Y esto me hace pensar, y me recuerda aquellas palabras de Martín Descalzo que subrayan la continuidad. Entonces lo hicieron unos -y lo siguen haciendo- y ahora nos toca a otros -quiera Dios que por muchos años...

Aquellas palabras son bonitas pero, sobre todo, son verdaderas:

»Pienso que ya estoy ardiendo, que soy el leño en el fuego, el fuego que ilumina, que calienta; que ese es mi destino: consumirme en un acto de servicio, en un glorioso acto de servicio a los hombres. ¡Y estoy tan orgulloso con este destino!»¿Cuánto durará? ¡Qué importa eso! Quizá sean muchos años, como mi tío; quizá solo unos meses, puede que unos días; quién sabe si esta misma noche no nevará y estará borrado el camino que lleva a Castales y llegará uno a caballo a llamar a mi puerta. Por eso tengo que darme prisa, tengo que buscar en seguida alguien que me sustituya, que siga en la brecha si yo muero. Este fuego no puede extinguirse, porque con él se apagaría el mundo.»

Curas (I): don Antón

A Don Antón le vi ayer aparecer en el 'office' donde estaba tomando un vaso de leche con galletas antes de irme a la cama. Hasta aquí todo normal. Lo llamativo es que venía dando patadas a un grillo... y así desde su cuarto, que está lejos... Es un modo eficaz de acabar con él -con el grillo, quiero decir- sin el crujido desagradable característico. Pero más llamativas fueron sus palabras: "ni Cristiano Ronaldo chuta así". Y es que don Antón tiene 80 años pero, por encima de todo, es vasco.
Que es vasco lo demuestra su carácter. El año pasado decidió jugar al tenis, eso sí, en dobles. Pero como vale más el orgullo que la vida, subió como un energúmeno a la red después de un buen saque... y experimentó tal vértigo que le hizo tropezar y abandonar el circuito de la ATP.
Lo cierto es que hace poco le paró la guardia civil. No sé que iría haciendo con el coche, pero lo cierto es que le hicieron bajar del coche. "Documentación". La entregó. "El carnet", también, al tiempo que se iba cabreando con el chequeo, que se demoraba en el tiempo. Le cascaron 3 meses sin carnet, nosecuantos puntos, y una multa considerable. La despedida de don Antón fue la siguiente "joe, pues pa esa multa de nada no me hagan perder el tiempo. Me la mandan a casa y mejor"...
Y es que aquí hay 2 vascos, 7 murcianos, 7 madrileños, 2 mallorquines y 1 valenciano... Y de todos se aprende mucho.
De Antón, desde luego, el ser algo bravío y tener mucho buen humor...

Vivir como un cura (III)