viernes, mayo 16, 2008

La sensatez de lo concreto

Ayer disfruté de dos horas de campo, breves pero estupendas, porque los campos de la Sierra de Madrid están estupendos con las lluvias que han caído. Fui con mi tía Isabel, que siempre es ocurrente, y esta vez volvió a no fallar en sus vaticinios y consideraciones.
Estabamos de sobremesa, comentando precísamente lo bonito que está el campo. Y ella comentó:
Hay que agradecérselo a San Isidro. ¡Qué primavera tan buena de lluvias!. Así está el campo, que da gusto.
Yo, por mi parte, le respondí:
Supongo que con esto se habrá acabado la sequía, aunque en Cataluña están fatal de aguas.
Y ella dijo:
Claro. Es un problema de falta de realismo. Nosotros nos acogemos a un patrón como san Isidro, bien majo, que cultivaba su tierra y sabía lo que era sacar las cosas adelante. Por eso se hace cargo de nuestras necesidades, como es lógico. Ellos tienen a san Jorge, que se dedicaba a matar dragones -¡qué cosa tan absurda!- y que no se entera de nada. Fulgencio, conviene tener los pies en el suelo, y san Isidro no será relumbrón, pero es muy apañado...
Tomemos nota... Nada como tener los pies en el suelo para hacerse cargo de las necesidades del prójimo.

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