Me ha costado una mañana hacer el 'remix' de fotos que a continuación vais a ver. Confío en que los informáticos, como el Peris, consigan simplificar estos programas... ¡Madre mía!. Además se acaba de colar una ardilla en la iglesia, y ha sido una historia echarla. Menos mal que han aparecido Dani y Maca, aventureros y resolutivos, y han conseguido hacerse con ella.
El caso es que mientras estaba esperando a la compliación del remix, me ha aparecido un anuncio de coches, divertido, que concluye diciendo: "don't let friends drive when they shouldn't" (no dejes conducir a los amigos cuando no deben).
Me ha llamado la atención porque llevo dándole vueltas varios días a lo que podríamos llamar 'criterio de eficacia'. ¿Cómo evaluar el resultado de algo tan subjetivo como nuestro campo de trabajo?. Me parece que es imposible: es conciencia a conciencia. Es, precisamente, todo lo contrario de lo del anuncio: confiar en que tus amigos siempre puedan conducir su propia vida con la entrega, el olvido de si, el servicio a Dios. Y darles los mejores materiales, el mejor coche, el mejor mecánico... y esperar un buen pilotaje. Y viendo así las cosas, creo que las condiciones se han dado. Un ambiente estupendo, un clima de crecimiento... un constante regalo de Dios. Os encomiendo a todos.
Allá van las fotos. Con música y todo.
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