lunes, agosto 06, 2007

Madurez

Siempre he pensado que ha edad ‘física’ no tiene que ver de modo necesario con la edad ‘espiritual’. Esto lo comprendí al estudiar como el papa San Pío X consideró oportuno adelantar la edad de los niños de primera comunión a los 7 años. Era una decisión arriesgada: se trata de recibir al cuerpo de Cristo y eso no es un juego. Sin embargo, optó decididamente por ello, porque la devoción y vida interior de un niño de esa edad puede doblar con mucho la de cualquier adulto.
Por otro lado, me parece que hace tiempo que caducó la posibilidad de un cristianismo dulzón, de medio pelo, acomodado. Lo sociedad reclama otra cosa porque, honradamente, se ha construido desde unos valores totalmente ajenos a lo cristiano. Como decía Umberto Eco, en “el nombre de la rosa”: ha ardido el edificio del saber y no quedan sino retazos sueltos que poco importan. Esto no es verano azul, aunque uno lo tenga todo y se considere joven, rebelde y estupendísimo; no debemos abandonarnos a una vida sin poso ni hondura porque, “total, no ofendo gravemente a Dios y lo otro cuesta mucho trabajo”.
Madurez en la vida cristiana. No depende de los años, pero ojalá los años influyan para que nuestro compromiso crezca. Hay chicos (y adultos) que son como el buen vino: mejoran con los años. Otros, sin embargo, se avinagran. ¿A qué te apuntas?.

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