10 sobre 10 (con fotos)

(Foto de restauración de un confesonario. El comentario de José María no tiene desperdicio: "Ful, llevo más horas de confesonario que tú en toda tu vida". No está mal...)

Supongo que al conductor del camión no le pasó nada, aunque en un momento inicial, al verle con esas chancletas poco seguras y encima enfadado por darnos, apunto estuve de decirle algo. Pero pensé que el tendría tanto o más apuro que nosotros...
Ayer completamos el día estupendamente. Como hemos desaprovechado el espacio de abajo de la casa de los chicos (Plan), que está siendo pintado y remozado, el seminarista Alberto, que es como una de esas tallas que peregrinan de sitio en sitio, ha tenido que huir y, como no hay espacio, se ha incrustado en el comedor. Es muy apañado, y esta mañana lo ha dejado todo muy recogido.
Está siendo muy divertido, la verdad. Los chicos tenemos una particular pelea con las campanas. Antes de ayer yo mismo me desperté a la 1, 2, 3, 4 y 6, y ya a las 7 estaba despierto del todo. Eso sin contar con dos cuartos y una media, que también pudieron conmigo. Don Rafael se resiste a quitarlas porque 'hacen compañía' por la noche (¡y tanto!). Total que ahora Nacho Martínez Allué capitanea un sindicato anti campana que está dispuesto a todo.
Las chicas hacen lo que pueden con los horarios, y ayer necesitaron ¡sólo! 2 horas y 15 minutos para arreglarse después del trabajo, de modo que hicimos dos turnos de comida. No pasa nada, porque tampoco hay prisa, y no hay razón para agobiarse. Además viven en otro pueblo, y tienen que venir andando o en coche, lo cual también lleva tiempo. Así ellas pueden ir tranquilas y la cosa sale estupenda.
El valle es bonito, el ambiente es óptimo. Espiritualmente tenemos Misa y oración por la tarde todos los días, además del rato de oración voluntario de la mañana y el rosario. Es intenso pero no agotador, y ayuda a crecer, además de las habituales charlitas dadas de modo magistral por los catequistas. Muy bien todo.