Mañana fotos

¿Se nos nota contentos?. Personalmente lo estoy. Muy contento. Ha sido un viaje estupendo, un nuevo encuentro con Dios a través de unos muchachos tan majos, de una cultura tan magnífica, de una experiencia tan óptima. Este tipo de convivencias no sólo tienen una importancia local (la mejora de los muchachos) sino que se convierte en todo un signo de esperanza para una sociedad que languidece sin valores. 20 chicos caminando bajo la lluvia, con su Misa diaria, con sus charlas y con ese buen ambiente que les caracteriza: son algo distinto. De nuevo protagonizaron algo importante, aunque no se den cuenta: un tsunami de buen humor que, de algún modo, ha conducido de seguro a otros peregrinos a la trascendencia. Insisto: ellos no se dan cuenta, pero de algún modo están influyendo positivamente en nuestro mundo. Más de lo que imaginamos.
Ayer estuvimos en la Misa de la novena de Santo Domingo de la Calzada. Estuvo muy bien, el sacerdote párroco de la catedral predicó muy bien. Luego se tronchaba de risa cuando entraron todos en la sacristía a saludarle, besándole alguno la mano pensando que era el Obispo. Dijo que no lo era, y Andrés le dijo que todavía no, pero que estaba al caer. Se defendió el párroco diciendo que es una faena que te hagan obispo. Y Andrés le dijo algo como que “eso dicen todos antes de serlo y luego están encantados”. Se rió mucho.
Por la noche cenamos pizzas y estuvieron jugando a juegos diversos: fútbol, baloncesto, mus. Yo me dediqué a esto último, y disfruté mucho. Hacía años que no jugaba, pero mis contrincantes se ve que habían jugado muy poco. Y aunque no soy muy bueno, tuve una cierta posición de prevalencia que me permitió jugar como hay que hacerlo: con chulería.
Hoy hemos vuelto. A mi me da pena volver, la verdad, porque ¡¡¡lo paso tan bien!!!. En fin, en verano volveremos a la carga con la misma receta: confiar en Dios.