Capriati

Ayer leí en www.marca.es un artículo titulado “juguetes rotos”. El tema: deportistas del más alto nivel que han fracasado en su vida personal, ya por las drogas, ya por el alcohol, ya por otras razones. Explicaba cómo muchos de ellos han acabado en la cárcel, o separados o suicidándose. Son casos tristes, como el de Pantani o el del Chava Jiménez. Eso por no hablar de boxeadores u otros futbolistas. Tremendo, pero interesante.
Entre todas las historias me llamó especialmente una la atención. Jennifer Capriati. ¿Os acordáis de ella?. La niña más joven en entrar en el top 10 de tenis: con 15 añitos. Además, era bien simpática; era un ejemplo para los jóvenes que querían llegar alto. Jugaba bien, y sus declaraciones eran muy positivas.

Resulta que se metió el lío de drogas, la cogieron robando en una joyería y medio acabó fatal. Digo que ‘medio acabó’ porque resulta que se hizo de nuevo, buscó ayuda, volvió en si misma… y ganó Roland Garros diez años después (más o menos).
Me ha animado mucho el caso de Jennifer. Honradamente: se ven muchas cosas muy muy complicadas a lo largo de la vida de un sacerdote. Y otras no tan complicadas pero igualmente enquistadas. Todo tiene solución. No sé si Jennifer contó con Dios y con la Virgen María, pero ella pudo. ¡Qué no se va a poder contando con ellos!. Lucha, paciencia, saber salir derrotado, amistad, cariño… y a por todas. Se puede vencer. Que nadie se desanime, en un tiempo como este: primavera, caos, fin de curso, etc. Paciencia: todo se consigue con tesón. Y con la ayuda de Dios. Seguro.