Blog internacional. Nos han visitado desde Singapur, Indonesia, Méjico, Italia, Australia, Colombia, Paraguay... Tenemos lectores habituales de Inglaterra, Estados Unidos y Filipinas. Ante ayer llegamos a nuestro 'pico' de entradas: 102. Esto va que arde.
"El mundo" ha publicado un trabajo que explica que, teniendo en cuenta diversos factores, somos el país número 40 en tasa de felicidad. A mi me parece que somos mucho más felices que los daneses, que son los primeros o los segundos, pero bueno. Yo me imagino a un hombre de la España profunda, con su carajillo, la partida, el palillo, la tortilla, el fútbol y la suegra más felíz que una perdíz, pero bueno... tendrán razón. Habrá que hacer un esfuerzo entre todos por aumentar nuestra capacidad de ser felices. Desde luego, en la Parroquia no intentamos otra cosa... Pediremos un estudio por barrios. Entonces ganamos seguro.
Buen verano a todos los que os vayaís. No dejéis de pasar por la parroquia para que os demos la bendición de viaje. Es una bonita costumbre, y Dios seguro que velará por vosotros.
2 comentarios:
En lo referente a la internacionalidad de este blog debo felicitar a don Fulgencio porque ha conseguido introducir en Internet un espacio para la oración inmediata, pues yo considero que solo leer cada una de las entradas y pensarlas un poquito ya constituye un rato de rezo.
En cuanto al estudio de la felicidad debo reconocer que no sé los criterios elegidos para elaborar el estudio, pero creo que si ocupamos esa posición en el ránking, en principio debería ser baja, considerando que vivimos en un país civilizado con todas las comodidades. Pero es que es patente que en los últimos años España ha sufrido una importante pérdida de identidad moral. Se promueve la vida de excesos y placeres terrenales olvidándose de Dios y todo aquello que de verdad nos hace felices.
Y es que yo creo que todo aquel que vive por completo alejado de Dios llega a un punto en el que su vida se hace insoportable y necesita un nuevo motor para seguir en esta vida y alcanzar la felicidad. Por eso, hasta que España no vuelva a ser el país de raíces cristianas que fue no podremos ocupar puestos más altos en estos estudios.
La felicidad, creo yo, no se puede medir con nada, solo puede Dios saber la medida de la felicidad. Si las estadísticas dicen que somos los número 40 en felicidad, pues muy bien, pero lo que vale no son esas estadísticas que no sabes ni de dónde las han sacado, sino la felicidad del corazón. Nos tenemos que preguntar cuánto queremos a Dios, y entonces nos daremos cuenta de si somos felices o no.
Esto solo se puede solucionar teniendo a Dios presente en nuestra vida a cada momento que pasa, para no desaprovecharla.
Os animo a todos.
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