viernes, julio 28, 2006

Pereiro, que se te ve el plumero


"Cristo ha revelado cuál es siempre la fuente suprema de la vida para todos y, por tanto, también para la familia: "Éste es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que quien da la vida por sus amigos" (Jn 15,12-13). El amor de Dios mismo se ha derramado sobre nosotros en el bautismo. De ahí que las familias están llamadas a vivir esa calidad de amor, pues el Señor es quien se hace garante de que eso sea posible para nosotros a través del amor humano, sensible, afectuoso y misericordioso como el de Cristo".
El Papa nos marca un objetivo que puede ser muy bonito para este curso: mejorar la calidad de amor de nuestras familias. Muchas veces, uno puede ser escéptico, porque nos agota el cansancio, las diferencias con la pareja, la lucha con los niños... y sin embargo, debemos desear que nuestra familia crezca siempre más y más. Quizás, lo más original de las palabras del Papa sea la sugerencia sutíl que nos hace: quien incrementa la concordia en nuestro hogar no es sólo nuestro esfuerzo, sino sobre todo la gracia de Dios. Confiar en él, tener tiempos de oración, ofrecer las contrariedades... puede ser tanto o más eficaz que muchas medidas prácticas. Cuenta con ello.
Resulta que ahora Pereiro puede ser campeón del Tour. Ayer le oí sus declaraciones, en televisión, y dijo que en ningún caso le gustaría ser campeón porque supondría un desprestigio para el deporte que el americano fuera 'condenado'. Yo me creo lo segundo, pero dudo de lo primero. Pereiro, amigo mio, ¿no te gustaría de verdad, de verdad, ser campeón del Tour?. No me lo creo, sobre todo porque será algo de justicia: si Landis se dopa, no puede ganar. Si luchas sin epos, mejor.
Seamos realistas también en nuestra vida familiar. Ser muy sincero es importante. Si hay carencias, no conviene ocultarlas: conviene fundamentalmente pedir gracia y esforzarse para cambiarlas. Pero a veces, por mantener el tipo, cuidamos mucho la fachada pero menos el interior. Y aquí si conviene doparse; doparse con la gracia de Dios. ¡Con esa si que vamos deprisa!. Ánimo, y todos con Pereiro...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi comentario tiene que ver más con el Tour que con el blog. Yo lo único que querúia decir es que las palabras de Pereiro sí que parecen verdaderas, ya que, Pereiro militó en el Phonak (equipo campeón)la temporada pasada y por eso no quiere que le ocurra nada a su ex-equipo. Y además, como bien ha declarado Landis, Pereiro y él son como hermanos en carrera, por eso, si se confirma el dopaje de Landis, sería como quitar el Tour a tu hermano para quedártelo tú. ¿Sería eso bonito?

Anónimo dijo...

O sea, ¿que Pereiro tiene tanto amor a su ex-equipo como, por ejemplo, Luis Enrique al Real Madrid? en fin, pued ser... pero un tour es un tour.

Anónimo dijo...

Es verdad que la sinceridad es una de las armas más potentes y peligrosas del ser humano y del cristiano. Sabemos que es potente porque, con ella, demostramos una transparencia deseada por todos nuestros amigos y conocidos, y además, con ella logramos que la gente se acerque más a nosotros.
También es peligrosa porque si no se usa bien o no se sabe usar, pasamos a ser una persona indeseable por todos, de la cual la gente no se cree nada (como ahora pasa con el mundo del ciclismo). Por eso, yo solo puedo decir que ser sinceros es uno de los mayores bienes y virtudes que Dios ha dado al ser humano.

Anónimo dijo...

Al leer los comentarios estoy con el segundo. Pereiro es un profesional y ahora sólo le importa su equipo. Y con respecto a lo de que le quita el Tour a un hermano, debería apenarse porque Landis haya dado positivo, no porque le vayan a dar algo que en justicia le pertenece, que a fin de cuentas el que ha hecho las cosas mal ha sido Landis, no él.

P.D: "sutil" no lleva tilde.

Anónimo dijo...

¿Por qué la gente será tan falsa, tan mentirosa?
¿Por qué por fuera están perfectos y por dentro carcomidos por las mentiras y los engaños?
Es una realidad que hay que quitar de esta sociedad. Primero hay que ocuparse del ser interior, y de fuera, no hay ni que mirarse, sino dejarse llevar por esas personas que son los sacerdotes, o los catequistas, o nuestros propios padres, para que nos ayuden en esa fe, dejar que nos "coman el coco".
Así que mucho ánimo a todas estas personas que hacen que la vida sea más llevadera y muchas gracias!!