miércoles, agosto 13, 2008

Mediados del XIX...

Sé que no debería haberlo hecho. Es uno de los propósitos de Sydney. En caso de sucumbir, sólo música...
Lo cierto es que ayer puse la radio. Ésta es una época de pocas noticias, de escaso interés. Además, los juegos olímpicos absorben el 70% de las novedades, y eso es una buena noticia, porque por lo menos no se trata de la muerte de nadie, ni de una legislación asquerosa o de un escándalo lleno de mugre...
Pero ayer puse las noticias. Salía el ministro Bermejo urgiéndose a la necesidad de instaurar eutanasia, aborto y todo lo demás. Y salieron por ahí numerosos espumarajos anticlericales y de genero parecido.
Después de Australia, cuando escucho esas cosas, me da la impresión, de verdad, de retroceder 200 años. Me parece (y esto a alguno le resultará paradójico, a mi me parece lógico) que es volver a una época donde el concepto libertad no se entiende para nada; donde la palabra justicia no cabe... y donde los mesianismos periclitados del XIX vuelven a la carga con una novedad que no escucha para nada el testimonio de la historia.
Seguiré a lo mío. Más rosario y menos radio.

1 comentario:

tron dijo...

Está claro: la solución para los problemas económicos es plantear la reforma de la Ley que penaliza el aborto y, oh novedad, la aceptación de la eutanasia.Falso debate: la protección de la mujer y marear la perdiz acerca de si el feto es o no un ser vivo. A mí no me interesa si el aborto en o no un delito, pues una vez muerto el feto, ya da igual. Lo que pido es que la sanidad pública emplee sus medios en defender la vida y no en acabar con ella.
Una sugerencia progresista:regular en la misma ley el aborto y la eutanasia: el aborto a plazos se aplica hasta el mes 480 por ejemplo; y a partir de ese momento se aplica la eutanasia. Se nombra un comité de expertos que valore las situaciones y se acaba con las anomalías , reales o presuntas de los beneficiarios de la norma.De paso, como poco, disminuirá el paro. No sé si la ironía es fina o macabra.
Esto está empezando.