Esta mañana me ha dado por pensar en el tema de los modelos sociales. Si reflexionamos un poco, la sociedad se mueve por modelos: ahora Beckam es modelo de trabajo, el otro modelo de entrega, un tercero modelo de ‘mujer moderna’… y así por su orden.
En este sentido, me decía a mi mismo, creo que tenemos suerte en la parroquia. Hay un montón de modelos donde mirarse, verse reflejado y aprender a fijarse nuevas metas. Está Don José María, un modelo humano peculiar, la verdad: sacerdote viudo, con 4 hijos, nosecuantos nietos… un modelo de entrega. Fíjate si podía haber hecho cosas en su jubilación y ahí está, dándolo todo por sus dos familias (la iglesia y la de sangre). No os hacéis cargo del sacrificio que supone eso, de cansancio, de tiempo, etc.
Por su parte, Don José lleva 43 años de servicio sacerdotal. No digo más, porque el resto de las palabras sobran, sobre todo para el que le conoce y ve su nivel de actividad e ilusión. ¿Quién dijo que el tiempo carcome las esperanzas?.
Pero los más interesantes son la gran cantidad de ‘modelos de la vida normal’ que una persona con un poco de sensibilidad puede ver en la parroquia. De todos esos destaco tres:
Primero las familias. Mucha gente se fija en las familias, especialmente las numerosas. Y lo comentan: oye, que bien, que majos son… Y es muy efectivo ese liderazgo social, porque no son extraños los comentarios tipo ‘cuánto me gustaría tener a mí también el día de mañana una familia así’.
De los otros dos modelos hablaré mañana, que si no me alargo mucho…
En este sentido, me decía a mi mismo, creo que tenemos suerte en la parroquia. Hay un montón de modelos donde mirarse, verse reflejado y aprender a fijarse nuevas metas. Está Don José María, un modelo humano peculiar, la verdad: sacerdote viudo, con 4 hijos, nosecuantos nietos… un modelo de entrega. Fíjate si podía haber hecho cosas en su jubilación y ahí está, dándolo todo por sus dos familias (la iglesia y la de sangre). No os hacéis cargo del sacrificio que supone eso, de cansancio, de tiempo, etc.
Por su parte, Don José lleva 43 años de servicio sacerdotal. No digo más, porque el resto de las palabras sobran, sobre todo para el que le conoce y ve su nivel de actividad e ilusión. ¿Quién dijo que el tiempo carcome las esperanzas?.
Pero los más interesantes son la gran cantidad de ‘modelos de la vida normal’ que una persona con un poco de sensibilidad puede ver en la parroquia. De todos esos destaco tres:
Primero las familias. Mucha gente se fija en las familias, especialmente las numerosas. Y lo comentan: oye, que bien, que majos son… Y es muy efectivo ese liderazgo social, porque no son extraños los comentarios tipo ‘cuánto me gustaría tener a mí también el día de mañana una familia así’.
De los otros dos modelos hablaré mañana, que si no me alargo mucho…
1 comentario:
Hola:
Muy buen tema para sacar, yo he pasado por la parroquia algunos domingos y al salir de misa son verdaderos ejemplos de alegría y esperanza los que se ven. Claro que para mantenerse así es duro trabajo el que tenéis que desarrollar en Santa Teresa.
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