Se ve que en tiempo de los romanos ya era así. Al menos, así lo cuenta Asterix en Hispania. Resulta que cuando entran con sus carros en nuestras carreteras, después de soportar unas colas de infarto en la aduana de los pirineos (¿lo recordáis?), se encuentran unas carreteras llenas de agujeros, hoyos y curvas anti-peraltadas y toda clase y suerte de dificultades. Entonces el niño cuyo nombre no recuerdo (¿alguien se acuerda?) y que llevaban a su poblado para devolverlo, exclama: “no os preocupéis. Están de obras. Pronto estarán muy bien”. Y desde entonces hasta hoy (véase la M-30) seguimos en el mismo plan.
La idea me sirve para pensar que a las conciencias nos puede pasar lo mismo. Podemos estar llenos de agujeros y curvas de carácter bastante peligrosas, creemos que pronto estará bien, pero de hecho no acabamos de acometer las obras. Y esto ocurre, a veces, porque tenemos un ‘cierto’ acomodo a la vida y a las cosas que nos permiten exclamar: “que me quede como estoy”.
Pienso que se puede cada uno puede dar mucho más de si. Y es una tarea de la que no sólo depende uno mismo, sino que, me atrevería a decir, depende el mundo entero. Tanta pobreza y miseria física y moral cambiaría si yo me tomara las cosas más en serio. Entonces, seguro, se podría decir “no os preocupéis. Pronto estarán muy bien”.
La idea me sirve para pensar que a las conciencias nos puede pasar lo mismo. Podemos estar llenos de agujeros y curvas de carácter bastante peligrosas, creemos que pronto estará bien, pero de hecho no acabamos de acometer las obras. Y esto ocurre, a veces, porque tenemos un ‘cierto’ acomodo a la vida y a las cosas que nos permiten exclamar: “que me quede como estoy”.
Pienso que se puede cada uno puede dar mucho más de si. Y es una tarea de la que no sólo depende uno mismo, sino que, me atrevería a decir, depende el mundo entero. Tanta pobreza y miseria física y moral cambiaría si yo me tomara las cosas más en serio. Entonces, seguro, se podría decir “no os preocupéis. Pronto estarán muy bien”.
2 comentarios:
A medicodelapaz, padres de Juan Carlos y este "amigo" anónimo os decimos que seguimos rezando. Que como Dios no es alcalde de Madrid (más vale) tenemos la confianza de que "pronto estarán bien". D. Fulgencio, por favor, síganos informando.
El niño de la foto se llama Pericles, pero todo el mundo le llama Pepe. Se nota que es de Hispania.
Publicar un comentario