Como yo he venido en coche, tengo unos minutos para escribir antes de que lleguen todos los niños. Cerca de 20 chicos de la parroquia han ido hoy al Seminario de Madrid a pasar el llamado ‘día del monaguillo’. Con ellos ha ido un seminarista que colabora en la parroquia, para que ninguno se tire a la vía del metro ni se cuelgue de un fluorescente, ni muerda las televisiones del metro o pierda el abrigo en el vagón. Además, le ha echado un eficaz cable otro muchacho de 3º de ESO, ¡mas majo!. Yo les he visto durante la Misa con el Obispo, después de juegos y gymkhanas y cosas de este jaez. Total, que muy bien. Lo han pasado bomba.
Ahora estarán volviendo. Encomendamos que les vaya todo bien. Será el remate a un día estupendo, donde muchos niños aprenden una lección a veces muy difícil de comprender: un sacerdote es una persona normal. Un seminarista es un tipo estupendo que, de corriente, no tiene antenas ni es un marciano que habla etrusco. Parece una lección básica; me parece que no es poco.
Ahora estarán volviendo. Encomendamos que les vaya todo bien. Será el remate a un día estupendo, donde muchos niños aprenden una lección a veces muy difícil de comprender: un sacerdote es una persona normal. Un seminarista es un tipo estupendo que, de corriente, no tiene antenas ni es un marciano que habla etrusco. Parece una lección básica; me parece que no es poco.
Por cierto, que si alguien conoce las direcciones de mail de los padres, podéis darle la dirección del blog, porque, supongo, les hará cierta ilusión ver a sus hijos con el Obispo. ¡Qué simpáticos!.
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