Gente sobresaliente. Recuerdo que, al poco de ordenarme, alguien sugirió que quizás tuviera que dedicarme al estudio. Llevaría un año en la parroquia en la que estoy actualmente. No era un comentario oficial y, como se ha visto después, fue un ‘farol’. Pero lo cierto es que me hizo pensar: ¡otro cambio de aires!. Primero carabanchel, luego un hospital, más tarde la Alameda de Osuna; y cuando llego a un sitio definitivo, ¡a mudarse!.
La perspectiva del estudio tenía, no obstante, otra objeción importante: lo que más edifica en la vida de un sacerdote es el contacto dominical con tantísima gente sobresaliente como la que os comenté ayer. Verles, hablar con ellos, darte cuenta de la lucha cotidiana de tanta gente… ¡ayuda tanto!. Hay mucha gente heroica a nuestro alrededor. Hay muchas personas que luchan y sufren mucho en nuestro entorno. Cada domingo tiene que ser, para el pastor y para sus fieles, una fiesta: fiesta del encuentro con Dios y, como decía San Pablo, “del encuentro con los santos".
2 comentarios:
Leo de una sentada los apuntes de los últimos cuatro días.
Don Fulgencio, por favor, ni se plantee abandonar el blog. En casa procuramos seguirlo porque es una forma de enterarnos de lo que sucede en la parroquia; pero sobre todo,la lectura es obligada el día que no he (hemos) tenido un minuto para rezar en condiciones, o que he (hemos) perdido la paz por cualquier tontería.
Como en un intento de arreglar el día, abres el blog y encuentras la reflexión oportuna que de nuevo te pone en la onda sobrenatural.
Tal vez esta reflexión sirva también a todos los "comentaristas": para muchos el blog es esto: un momento en el día para unirnos a Dios.
Espero haberle convencido.
Es curioso. El título del post de Don Fulgencio es "Gente sobresaliente", y sin embargo acaba hablando de "Gente Heroica". Mi pequeña confusión me ha hecho pensar en la diferencia que hay entre una persona sobresaliente y un heroica.
Mi conclusión es que el heroico lo ha tenido que pasar mal para llegar a ser sobresaliente. Ser sobresaliente no tiene ningún mérito a menos que seas heroico también, es decir, que te haya costado trabajo ser sobresaliente.
Sobresalientes sobran, heroicos...
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