Que los españoles que lo deseen puedan colaborar libremente con la Iglesia católica a través de la 'X' en la declaración de la renta es una cuestión de justicia. Al menos, tanto el estado como la Iglesia lo han entendido así a raíz de los últimos acuerdos. Tal deber de justicia viene derivado, según los expertos, por dos motivos: el primero, el compromiso del estado de correspondencia con respecto a los bienes enajenados a la Iglesia en las sucesivas amortizaciones. El segundo, la labor social y educativa ejercida por la Iglesia en la sociedad que la hace merecedora de tanta o más atención que el deporte, la música, el cine o la cultura.
En ambientes eclesiásticos, se suele poner el peso más en el segundo motivo que en el primero, que se considera periclitado y carente de fuerza. Así lo expresó el obispo de Madrid en una reunión que tuvimos con él, y se puede estar de acuerdo o no, pero parece que remitirse a las desamortizaciones para hablar de las relaciones Iglesia-estado es algo un tanto confuso.
El haber fijado el 0,7 es considerado, tanto por el estado como por la Iglesia, el paso definitivo a la autofinanciación. Ya no hay fluctuaciones de números. Es lo que es, y la Iglesia tendrá que reforzar su imagen si no desea perder ‘X’ en la declaración que se traduzca en una reducción de ingresos.
Personalmente creo que es una apuesta inteligente y eficaz, que nos obligará a muchos a estar más atentos a nuestro trabajo y a la imagen que de él se difunda. Se trata de una relación económica Iglesia-estado más objetiva y, por consiguiente, más libre para ambas partes. Y de hecho, ambas partes han quedado aparentemente satisfechas.
En ambientes eclesiásticos, se suele poner el peso más en el segundo motivo que en el primero, que se considera periclitado y carente de fuerza. Así lo expresó el obispo de Madrid en una reunión que tuvimos con él, y se puede estar de acuerdo o no, pero parece que remitirse a las desamortizaciones para hablar de las relaciones Iglesia-estado es algo un tanto confuso.
El haber fijado el 0,7 es considerado, tanto por el estado como por la Iglesia, el paso definitivo a la autofinanciación. Ya no hay fluctuaciones de números. Es lo que es, y la Iglesia tendrá que reforzar su imagen si no desea perder ‘X’ en la declaración que se traduzca en una reducción de ingresos.
Personalmente creo que es una apuesta inteligente y eficaz, que nos obligará a muchos a estar más atentos a nuestro trabajo y a la imagen que de él se difunda. Se trata de una relación económica Iglesia-estado más objetiva y, por consiguiente, más libre para ambas partes. Y de hecho, ambas partes han quedado aparentemente satisfechas.
4 comentarios:
En cuanto a la enajenación lo lógico, ahora hablo como contribuyente, es una indemnización de una sola vez por el valor total. Eso del o,7% hasta la eternidad es una financiación rarita de la deuda e inaceptable como contribuyente. Todo balance tiene un valor definido y no una interrogante . En cuanto a lo segundo la formula es servico prestado = servicio facturado y no aproximaciones de mas menos el 0.7% y regateo en el valor de cada servicio , así gana quien regatea en posición de fuerza y ese no es la Iglesia. En mi opinión el resto de las formulas es ser cautivo de la voluntad del reyezuelo de turno que adjudica las "subvenciones y dádivas del estado". En otras palabras rascarse el bolsillo , trabajar y facturar los servicios prestados con profesionalidad e inteligencia que permita márgenes para reinvertir en asuntos sociales desde la prespectiva de la Iglesia Católica. Esto de la profesionalización obliga a complementar el seminario con mas formación ( otras carreras universitarias ) y organizar estructuras empresariales mixtas sólidas. Mientras tanto marco la X en la casilla de la Iglesia, pero no me gusta ni un pelo seguir siendo esclavo del Cesar.
Querido Blogger,
Y contestando a nuestro querido médico Josemaría.
Creo que en España padecemos un problema importante. Heredado históricamente. Y es que la Iglesia y el Estado han estado unidos, para bien y para mal.
Toda gran ventaja tiene un gran inconveniente. Y todo inconveniente tiene sus ventajas.
Nos hace crecer.
Tenemos una educación mala. Cristiana pero mala. A mi desde pequeño me han enseñado a colaborar con los que no tienen, a compartir...
Tenemos que crear una conciencia de que es nuestra la Iglesia y que nosotros somos los que tenemos que colaborar.
Yo me acuerdo que mi primer sueldo lo dediqué integro a una buena labor que tiene la Iglesia. Fue un símbolo pero quise que mi vida quedase marcada por esta decisión.
Don Fulgen que me conoce sabe que también colaboro actualmente. Intento ser generoso.
No me gusta hablar, soy más de acción. Dice un adagio latino "Ad praecepta per exempla" El mejor ejemplo es el hecho(no las palabras).
Desde aquí animo a todos a que colaboremos activamente en nuestra parroquia. Tanto económicamente como con nuestra oración.
Si es tuyo y te lo crees seguro que lo harás. Si no por mucho blog, si no crees núnca lo harás.
Muchas gracias Ful por hacernos mejorar cada día como personas. Todos los días leemos tu blog y nos hace reflexionar. Un abrazo.
Al hilo de la financiacion de la Iglesia, y aunque no directamente relacionado, leo la noticia de que el TSJ de Madrid ordena la demolicion de parte de la Iglesia de Nª Sra. de las Fuentes de Fuencarral, atendiendo una antigua denuncia de unos vecinos que se consideran perjudicados por estar demasiado cerca de sus viviendas (¿quien vive cerca de quien?)...
El otro dia me entere de un convento de monjas de clausura por Alcobendas que se cerraba por causa de una expropiacion para construir una carretera y que afectaba justo hasta los terrenos del convento.
Parece que siempre se ataca a la parte más débil, ahora de manera más sutil que antaño.
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