Interrupción de suministro

Recuerdo que, cuando era diácono, me dieron una charla en la que una cosa me quedó clara: es muy importante no interrumpir nunca el suministro. O sea, que si uno tiene unos horarios, cumplirlos. Si no, pasa como en la vida: que uno acaba yendo a "el corte inglés" porque siempre tienen de todo... Con el blog tengo la sensación de haber incumplido esta regla de oro, pero hay que entender que el verano es terrible. Por eso, por delante mis disculpas, y paciencia si, en alguna ocasión (en los días venideros) me fuera imposible escribir. No siempre se dispone de internet a mano...

También me ha dado por recordar a un profesor de Sagrada Escritura que nos decía, en sus clases, que "el cristianismo se contagia por envidia". Contar las cosas ocurridas en Polonia sólo tiene un objetivo: que todos los que puedan se animen a esta aventura estupenda, y que sepan donde se puede confiar tan elevada meta. Ojala que estas lineas transmitan CONFIANZA, confianza en una parroquia, confianza en la Iglesia. Es posible otro mundo, y eso a través de sitios bien concretos como Santa Teresa Benedicta de la cruz.

En este sentido, puede ser un buen lema de este quehacer aquello que los polacos decían en tiempos de opresión: Polonia Lucha. Muchos murieron por pintar si quiera esta consigna en una pared de la ciudad. Lucharon. En Varsovia tienen un monumento, como se ve en la foto, del levantamiento contra los Nazis en la guerra mundial, que costó la vida de muchos ciudadanos, y que luego supuso la destrucción del 90% de la ciudad. Años después te encuentras con un pueblo orgulloso de su historia, de sus valores y de su religión. Todos escuchábamos atentos, porque, en el fondo, es un empujón a nuestras conciencias: Yo, ¿lucho?.

Cosas como estas nos hacen ver que este viaje no era, en absoluto, puramente turístico, aunque también tenía su parte. Marek, que tiene un humor eslavo que tira pa'tras, también era capaz de animarnos y hacernos pasar por las cosas más divertidas. Yo creo que se inventó que, tocando el hocico de un jabalí (o lo que sea eso) que hay a la entrada de la catedral, se cumplían los deseos. Ahí que estuvimos todos tocando el hocico y pidiendo cosas. Muy divertido, porque además prometió que si lo tocaba una pareja era boda segura. Los de 22 años en adelante se atrevieron. Se ve que tienen ya planes de futuro. En cambio, las parejas jóvenes prefirieron abstenerse, por si las moscas. Ejem...

Vuelvo con cierta nostalgia la vista a los días de Varsovia. Recuerdo la última noche, antes de salir para Czestochowa y Auschwitz, a Marcos poniéndose la cabeza gigante de un muñeco que publicitaba el bar donde tomabamos una cerveza. Los camareros no daban crédito, y se partían de risa, porque era muy muy divertido. Los vecinos casi llaman a la policía del lío que armabamos, riéndonos y montándola al más puro estilo latino.

Intentaré ser constante en escribir, porque viene lo más importante, donde muchos han dejado parte de su 'corazón', como dice uno de los comentarios. Pero entre tanto que no se olvide nadie: repetiremos el año que viene, quizás con otros destinos, otros fines, otros contextos... pero la misma ilusión y ganas de crecer. Ya está todo planificado para hacer de este curso que pronto empieza, por qué no, algo diferente. No te lo pierdas, y díselo a mucha gente. Vale la pena.