Total, que llegamos a Czestochowa a media mañana. Comimos y descargamos el autobus. Por suerte, teníamos sitio en el albergue, que está a dos minutos del santuario. Dormíamos en grupos de dos. El autobús nos sacó un poco de la ciudad y entramos rezando el rosario. Ofrecimos una cintica de la Virgen del Pilar a la reina de Polonia. Muy emocionante. Luego entramos en el santuario y hubo tiempo libre, dedicado a oración y compras. Por la noche la despedida de la Virgen y por la mañana, a las cinco y media, allí estuvimos unos 15 para saludarla. Todo en perfecto polaco. Pero es que hay cosas que se entienden no sólo por el habla: la piedad de los niños, la integridad de las familias, el sacrificio de las viejitas... Son tantísimas cosas que no caben en 100 blogs.
De todas ellas quiero rescatar una que a mi me llamó la atención. Existía unidad. Se apreciaba claramente que la gente creía y pensaba lo mismo. A la sazón, que se cumplia lo que dicen los Hechos de los Apóstoles: "pensaban y creían lo mismo, y se reunían para la fracción del pan". Allí todos sin excepción saludaban al santísimo con una genuflexión bien sentida. A las 6 de la mañana había una cola de 20 personas para confesar. El canto era al unísono, y a nadie se le ocurría hablar en la Iglesia. El amor a la madre de Dios, que así la llaman, era, en el fondo y en la superficie, un auténtico amor a Cristo. En definitiva, no había más que una Iglesia que lucha, quiere, ama y cree.
¡Qué lección!. Ahora que se discute tanto sobre la clase de religión y todo eso... ¿no sería bueno tomar nota y ponernos las pilas?. En la época comunista fueron las parroquias y las familias las que cargaron con la formación de los niños, y se ve que acertaron. Y ahora lo colegios siguen la misma estela. Una sola iglesia que cree y piensa lo mismo y que no queda al arbitrio de opiniones personales. ¡Qué gozada!.
Ahora me voy unos cuantos días. Si engancho algún sitio con internet escribiré alguna cosa más de Czestochowa y Auschwitz. Si no, habrá que esperar. El jueves estoy de vuelta, pero seguro que se puede hacer algo antes...
1 comentario:
Acabo de escribir a una amiga, intentaba describirle la actitud de los polacos ante la, su, Virgen Negra. No había caído, era su unidad lo que me fascinaba, a la que no estamos habituados, y es que realmente era una pasada la unidad de los peregrinos que llegan constantemente y se ponen a los pies de la Virgen.
PD:¡gracias por este blog!!
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