Hoy no estoy en la parroquia. He venido a Villalba a sustituir a D. Roberto Rey, un sacerdote fenomenal que está en la parroquia de la Virgen del Camino. Se ha ido con 110 feligreses a Fátima y necesitaba un repuesto. Y aquí estoy, con mucho gusto, porque es un sitio muy chulo, porque él me llevó al seminario (y le estoy muy agradecido), y porque he celebrado Misa con dos monaguillos muy majos y se ha confesado mucha gente...
El caso es que cuando venía esta mañana, me ha llamado la atención los cuatro carriles que han puesto en la carretera de La Coruña. No me choca por el despliegue de medios, que es impresionante, sino por cómo somos: todo el mundo en el centro o por la izquierda (ver foto). Camioncito por aquí, furgoneta por allá... y la derecha libre. Se ve que ahora el personal no quiere ver a la derecha ni en la carretera. Tremendo. Me pregunto qué seguridad da ocupar un carril rápido a 110. Ahí si que habría que quitar puntos. A pares. Reconozco que me pone bastante tenso, porque desperdiciamos unos medios fabulosos y, con este comportamiento, ocasionamos atascos innecesarios.
Pero como esto no es la página de la DGT, voy a sacar alguna conclusión práctica. Ayer estuve hablando con un chaval (de otra parroquia, que no tiemble nadie) a propósito de que se decida ya de una vez y entre al Seminario. Es un tanto inmaduro, pero muy majo. La conversación llegó a un punto en el que él se sinceró: no entro porque tengo 17 y quiero pasármelo bien. Se pensará que el resto nos aburrimos como ostras, pero esa no es la cuestión. La cuestión es que, con nuestra falta de decisión en la entrega a Dios y a los demás, también desperdiciamos unos medios fabulosos y ocasionamos atascos innecesarios. Quién decide, en su matrimonio, en el sacerdocio, en donde sea, entregarse del todo, es, te lo aseguro, muy muy feliz, y, sobre todo, descubre el medio más grande que existe: la gracia. Y arrastras: arrastras a un montón de gente hacia adelante. Eres esperanza, sonrisa, compañía agradable y elemento de exigencia para los demás. ¿Qué más quieres, chaval?. De otro modo, la gente tomará copitas con nosotros, llevaremos el polito, el coche pijo, las niñas... ¿y?. Lo reconozco: eso es divertido. Pues ni sombra de lo que te espera si apuestas a por todas.
Un consejo: deja de ir por el centro. Aprovecha los medios, cunde a tope con lo que Dios te ha dado. Vale la pena.
3 comentarios:
Esta decisión es muy importante, porque nos ayuda a nosotros y a otros, si nadie se decidiese a nada, no seríamos nadie.
Por lo tanto, vamos a decidir lo que vamos a ser en la vida y, a lo mejor, nos acompañan otras personas. Vamos a intentarlo.
Querido Lector del blog...
Si arde algo en tu interior no lo dejes apagar, te lo digo desde mi propia experiencia, siempre te quedará un rescoldo en tu corazon.
Te animo a que seas sensato y pienses, no engullas, sino mastica todo lo que ves, lo que oyes. Por tus planteamientos debes de tener un "caché altísimo", estoy seguro.
Vocación viene del latín de "vocare" o llamar... Mira dentro de ti y que es lo que más te llama y adelante... Igual Dios te pide que seas médico u otra profesión de servicio a los demás...
Y para acabar una frase de San Agustín... "PARA PODER DAR CALOR HAY QUE ARDER"... y otra de Juan Pablo II: "Jóvenes... No tengáis miedo... Cristo no quita nada... Lo da todo... Abrid vuestro Corazón a Cristo..."
El fr Stephen me ha dejado con la curiosidad. Ful, ¿cuáles son las tres cosas necesarias para ser cura?
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