Hay decisiones difíciles de tomar. La de ir a Sydney fue una de ellas, porque en ningún caso quieres que ninguno de los tuyos se quede sin ir. Pero no puede entonces uno dejar de pensar, ¿estaremos un poco encabezonados? ¿no es mejor renunciar y a otra cosa mariposa?.
Año 1995. Un muchacho de apenas 16 años era invitado a una Jornada Europea de la Juventud en Loreto. Aquel año la JMJ había sido en Manila, con más de 4 millones de asistentes. Pero los europeos decidieron hacer algo aparte: muchos no habían podido ir y, además, Filipinas no es destino fácil.
Total que allí fue, sin saber muy bien adonde iba, motivado fundamentalmente porque visitaría Loreto, Venecia, Roma, Milán, Turín... Era un viaje de 'ordago' a la grande, y tenía muy buena pinta con o sin Papa.
En ese autobús había mucha gente buena. Estaba Don Jesús Higueras, recién llevado a Pozuelo, que comenzaba en su barracón de obra; estaba Don Nicolás, luego buen amigo, entonces simplemente un seminarista... y mucha más gente buena.
Y lo que era un translado kilométrico se convirtió en una viaje interior. Nunca se saben esas cosas, pero está muy claro que aquella visita supuso el espaldarazo definitivo de una idea: ser sacerdote.
La noche de Loreto fue terrible. Se durmió tan poco, que a la mañana siguiente, con el cálido sol del Adriático, muchos de aquellos que hoy son buenos amigos se quedaron dormidos durante la Misa. Habían ido a ver al Papa... y se encontraron con el sueño (un sueño luego hecho realidad), y también con Dios.
Y al tiempo uno se pregunta: "¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?".
Sydney no es una tontería.
3 comentarios:
D.Fulgencio no le dé más vueltas. La decisión está tomada y muy bien tomada.
Además, creo, a nadie le pone usted una pistola en la espalda para obligarle a ir.
Desde el punto de vista "natural" el viaje es caro,sí;pero ¡se va a Sydney!.¿Cuántos de ellos hubieran soñado, alguna vez, ir a Australia?.A mí, desde luego, me produce una profunda envidia sana.
Y en el plano "sobrenatural" sabemos que Dios no se deja ganar nunca en generosidad. Es ir a estar con el Papa. Dios lo tendrá en cuenta. ¿Y si se repite lo de aquel muchacho rubio...16 años...?etc,etc...
Preciosa historia de ...su vocación,supongo.Así que,en este caso,"la cosa" no empezó en Galilea sino en Loreto.Animo y adelante con los esfuerzos y trajines de preparar Sidney.Un abrazo de Janusa
D. Fulgencio mucho ánimo con Sydney. Como ya se ha dicho piense en los posibles frutos del viaje. Dios aprovecha todos los momentos, pero si "se lo ponemos en bandeja", mucho mejor. Adelante con todo.
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