jueves, abril 12, 2007

Pequeñas cosas

La familia que permanece unida, decía Juan Pablo II en la plaza de Colón, da frutos de santidad.
Hoy, un muchacho que se dedica a la alta competición de un deporte, me decía que, en lo que se refiere a forma física, se pierde en dos semanas lo que uno luchó por ganar durante dos meses. Es necesario mantenerse haciendo ejercicios, por pequeños e insignificantes que parezcan.
De pequeñas cosas depende también nuestra vida espiritual. Y del estado de nuestra vida espiritual dependen, claramente, nuestras familias y sus frutos de santidad. Pequeñas cosas. Ejercicios aparentemente insignificantes. De eso vamos a hablar en los próximos días…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Poniendo otro ejemplo, que puede ser un poco romanticón, el tema de las pequeñas cosas se manifiesta a veces de forma clara y nítida en las relaciones de los novios. Por ejemplo, creo que se aprecia más el detalle tras detalle con tu novia o novio que el que un día te regale el "super" pedrusco (que seguro también gusta). Y si van las dos cosas de la mano pues mucho mejor, es decir, los pequeños detalles y el gran detalle.
Con esos detalles se riega la planta del amor. El amor hacia el Señor que es el que todos los días y en cada instante se vuelca con nosotros. Deberiamos corresponderle con nuestros pequeños dellates, como visitarle cada día. Hablarle, escucharle, contarle nuestras cosas buenas y por su puesto lo que nos preocupa.
Un saludo a todos!!! De manera particular a los que vamos los jueves.