... y te topas con gente lenta, ¡ten paciencia!.
Al final de los días se nos examinará no de haber hecho mil cosas, sino de haber atendido a cada una de ellas con dedicación.
Paciencia, y tranquilidad. Al término podrás seguir con tu tarea.
Lo digo porque la primavera la sangre altera, y la gente se cabrea con facilidad: en el atasco, en la cola del baño (especialmente las hermanas entre sí 'qué salgas ya! dice una, mientras la otra se pone monísima), en la conversación con Billy el rápido, e incluso con el microondas, pensando porqué no va más deprisa.
Paciencia, tranquilidad...
1 comentario:
¡Qué bien! No es casualidad que haya leído esto hoy... ¡precisamente hoy!
¡Viva la providencia!
Gracias, Ful
(Jorge me acaba de enseñar a publicar comentarios con mi nombre. Me cuesta admitirlo pero..., me adelantan por la derecha... en bastantes cosas.)
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