Hace tiempo que quería haber escrito esto, pero el martes se me atravesó una costilla (que comí tras unos buenos pelotazos al frontón) y he estado en ‘servicios mínimos’ un par de días, de modo que no tenía cabeza para pensar adecuadamente en el blog.
Vengo dándole vueltas a aquello que dijo el Papa hace poco y que a continuación podréis leer: el drama del hombre moderno es que no sabe qué enseñar a sus hijos como bueno o malo porque ni él mismo no lo sabe. Es tremendo. Hoy he tenido charla con dos grupos de muchachos de 17 años. Primero un grupito de 20, luego otro de 35. A ambos les he hecho la misma pregunta: “dentro de unos años, ¿querréis tener hijos?”. La respuesta del primer grupo ha sido casi unánime: “si”, y el que no ha contestado ha guardado silencio, quizás por vergüenza, o porque tiene unos propósitos de entrega a Dios que no incluyen ese concepto. Esperaba una respuesta similar del segundo grupo. Pues bien, no ha respondido NADIE. Ni sí, ni no. Y he insistido más de 3 VECES. “¿Os gustaría tener hijos el día de mañana?”. Silencio.
Os dejo con el Papa:
“A este problema se añade el cálculo difícil: ¿qué normas debemos imponer al niño para que siga el camino recto? Y, al hacerlo, ¿cómo debemos respetar su libertad? El problema se ha vuelto tan difícil, entre otras causas, porque ya no estamos seguros de las normas que conviene transmitir; porque ya no sabemos cuál es el uso correcto de la libertad, cuál es el modo correcto de vivir, qué cosas son un deber moral y, al contrario, qué cosas son inaceptables. El espíritu moderno ha perdido la orientación, y esta falta de orientación nos impide ser para los demás señales que indiquen el camino recto.
Pero el problema es aún más profundo. El hombre de hoy siente gran incertidumbre con respecto a su futuro. ¿Se puede enviar a alguien a ese futuro incierto? En definitiva, ¿es algo bueno ser hombre? Tal vez esta profunda incertidumbre acerca del hombre mismo —juntamente con el deseo de tener la vida totalmente para sí mismos— es la razón más profunda por la que el riesgo de tener hijos se presenta a muchos como algo prácticamente insostenible”.
Vengo dándole vueltas a aquello que dijo el Papa hace poco y que a continuación podréis leer: el drama del hombre moderno es que no sabe qué enseñar a sus hijos como bueno o malo porque ni él mismo no lo sabe. Es tremendo. Hoy he tenido charla con dos grupos de muchachos de 17 años. Primero un grupito de 20, luego otro de 35. A ambos les he hecho la misma pregunta: “dentro de unos años, ¿querréis tener hijos?”. La respuesta del primer grupo ha sido casi unánime: “si”, y el que no ha contestado ha guardado silencio, quizás por vergüenza, o porque tiene unos propósitos de entrega a Dios que no incluyen ese concepto. Esperaba una respuesta similar del segundo grupo. Pues bien, no ha respondido NADIE. Ni sí, ni no. Y he insistido más de 3 VECES. “¿Os gustaría tener hijos el día de mañana?”. Silencio.
Os dejo con el Papa:
“A este problema se añade el cálculo difícil: ¿qué normas debemos imponer al niño para que siga el camino recto? Y, al hacerlo, ¿cómo debemos respetar su libertad? El problema se ha vuelto tan difícil, entre otras causas, porque ya no estamos seguros de las normas que conviene transmitir; porque ya no sabemos cuál es el uso correcto de la libertad, cuál es el modo correcto de vivir, qué cosas son un deber moral y, al contrario, qué cosas son inaceptables. El espíritu moderno ha perdido la orientación, y esta falta de orientación nos impide ser para los demás señales que indiquen el camino recto.
Pero el problema es aún más profundo. El hombre de hoy siente gran incertidumbre con respecto a su futuro. ¿Se puede enviar a alguien a ese futuro incierto? En definitiva, ¿es algo bueno ser hombre? Tal vez esta profunda incertidumbre acerca del hombre mismo —juntamente con el deseo de tener la vida totalmente para sí mismos— es la razón más profunda por la que el riesgo de tener hijos se presenta a muchos como algo prácticamente insostenible”.
10 comentarios:
La verdad es que esto último que has escrito Ful tiene una gran relación con algo que me pasó hace unos días. Relacionado con, tener hijos, aborto, egoismo,....etc.
Para quien esté interesado en leer lo que me dejó un poco "tocado" lo he escrito en el Blog de una de las generaciones del Colegio Los Olmos: http://olmeros1981-1996.blogspot.com/
Saludos!!!
Creo que de vez en cuando, hay que hacer un poco de autocrítica.
Por lo visto gran parte de la humanidad, por lo menos occidental, está inmersa en una profunda y grave crisis de valores morales y espirituales. Y esto, parece, que se empezó a gestar hace algunos siglos... Y yo me pregunto ¿quien o que es el valedor de esos valores? ¿que papel ha pintado y pinta la Iglesia en todo esto? porque parece que mucho no ha hecho para impedirlo... o no ha podido, o no ha sabido hacerlo...
Mi comentario está escrito en mi blog "la hora de la familia" www.mayormente.com
Saludos cordiales,
RAMON CALVO
Igual lo que le pasaba a los chavales es que ninguno estaba escuchando lo que decías. Lo digo porque cuando yo iba a pláticas parecidas todo el mundo estaba a cualquier cosa excepto a lo que decía el cura. Es una posibilidad.
Siguiendo la autocrítica de anónimo , me apunto a criticarme a mi mismo por obra u omisión ya que Iglesia también soy yo y no solo los sacerdotes o la jerarquía de la Iglesia ( que ya tienen lo suyo con aguantarme , dales en abundancia tus dones Espíritu Santo que los necesitan). Reivindico mi pedacito de cielo y mi pedazo de culpa.
Es verdad que las pláticas no las escucha nadie pero... ¿También si elevas la voz hasta gritar, si preguntas a uno por su nombre, o si señalas a un grupo y les pides una respuesta?. Falta de escucha hay, que duda cabe, pero hay casos en que quizás sea superior la falta de interés...
La verdad es que se agradece el matiz porque prefiero pensar eso (que falta de escucha o que falta de interés)a pensar que lo que falta, realmente, son convicciones...
Pues si Fulgencio, a lo mejor es falta de interés. ¿No te has planteado dar la vuelta a la tortilla y empezar a pensar que puedes hacer para despertar su interés?
Yo no creo que sea tanto la falta de interés en las charlas de D. Fulgencio, más bien pienso que lo que hay es falta de compromiso, pereza, y miedo.¿Qué hacemos los padres que no sabemos transmitir la alegría que suponen los hijos en nuestras vidas?¿No será que en nuestras familias se ve,sobre todo, cansancio y abundan las quejas a los buenos momentos?.¿Consseguimos hacer de nuestra famillia un ejemplo a querer imitar?
Bueno, leyendo los comentarios, hay varios temas que se tratan. En lo referente a si escuchamos las homilias, creo que lo del "zapping mental" está a la orden del día en la gran mayoría de nosotros. Doy clases en empresas y una de las cosas que decimos en los cursos sobre presentaciones en público es que la atención se mantiene durante los primeros 10 minutos, siendo los primeros 10 segundos claves... luego el orador debe utilizar otras tácticas para seguir manteniéndola... sobre todo cuando el mensaje suena a "esto ya lo he oido antes y se lo que me vas a decir".
En lo referente a tener hijos o no, apoyo lo que dijo el primer anónimo y también que es algo que te planteas cuando tienes pareja estable... creo que cuando uno está soltero sin pareja estable es algo que piensas muy "de puntillas" no porque no sea importante, sino porque no es algo que tienes a la vista, al menos que tengas una vocación muy clara... Porque pienso que también hay algo de vocación, ¿no?
Saludos
PD. Ful, eres de los curas que mejor mantienen la atención de los feligreses... ;)
Cuando niña la presión "rechazo a la familia" estaba muy de moda. Yo, la verdad, siempre soñé con ser "ama de casa", pero me daba vergüenza contarlo.
Hoy no me extraña. El ejemplo que nos daban los adultos no inspiraba a la valentía.
Recuerdo a la vecina que nos daba "formación" de cara a la Confirmación. Nos dijo, a mí y a otras cuantas, que lo que predicaba la Iglesia estaba muy bien, pero que era un ideal y nada más. Que ella no podía renunciar a los preservativos, porque tenía novio. Sólo Dios sabe cuánto daño no intencionado hizo con semejantes comentarios.
Me acordé de ello alguien defendía las parejas de hecho (del PP) pero no las de derecho introducidas por el PSOE, porque "cada uno tenía derecho a hacer en su casa lo que quisiera". Entonces pregunté: "¿qué le dirás a tu hija? ¿Que está bien ser sodomita en casa, pero mal que la ley les ampare?" Eso es provocar patologías. Pobre.
Creo que no es preciso aspirar a tener familia, aunque sea natural y blablabla, pero sería fantástico aspirar a ser consecuentes. Supongo que eso me llamó a volver a escuchar la misa etc.
Un saludo!
pd: qué bueno haber encontrado el enlace. Lo pongo en mi bitácora.
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