Ayer, hablando con un feligrés sobre la controversia del último artículo del blog, reconoció que él, de muchacho, no prestaba mucho interés a la idea de tener hijos... y ahora tiene siete. Considera que hay cuestiones que comenzó a pensar cuando tuvo novia. En definitiva, me argumentaba que el no considerar algunos temas no es, necesariamente, ni falta de interés ni falta de convicciones: simplemente no ha llegado el momento. Es una 'tercera posibilidad' que a mi me resultó bastante razonable. ¿Y a ti? (aconsejo leer comentarios del último artículo).
En otro orden de cosas, cuando ayer llegué a casa mi madre me preguntó cuál había sido el tema de la homilía con los niños. Le conté la historia de Santo Tomás, y le dije que había un cuadro de Velázquez sobre la tentación (inducida por sus hermanos) de Santo Tomás de Aquino. Ella me dijo que era de Valdés Leal. Finalmente, comprobado hoy en internet, me temo que tendré que llevar la contraria a mi madre. Os invito a que observéis el rostro pacífico del doctor Angélico (o sea, Santo Tomás). Había vencido la tentación y, como a Cristo, "los ángeles le servían".
En otro orden de cosas, cuando ayer llegué a casa mi madre me preguntó cuál había sido el tema de la homilía con los niños. Le conté la historia de Santo Tomás, y le dije que había un cuadro de Velázquez sobre la tentación (inducida por sus hermanos) de Santo Tomás de Aquino. Ella me dijo que era de Valdés Leal. Finalmente, comprobado hoy en internet, me temo que tendré que llevar la contraria a mi madre. Os invito a que observéis el rostro pacífico del doctor Angélico (o sea, Santo Tomás). Había vencido la tentación y, como a Cristo, "los ángeles le servían".
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